sin duda el año sigue su curso
y sin darme cuenta me ha colocado en febrero
como no, en un febrero desnaturalizado
entre edificios aislados del exterior,
calefacciones,
ropa térmica sintética
y comidas recalentadas
me gustaría vivir en la montaña,
en una casa de piedra aislada,
pero conectada
donde el aire escarche mi piel
y la nieve congele mis pies
donde la leña y la lana me calienten
y me pase el día leyendo y tomando te
se trata de tener el derecho de sentir el frío externo
se trata de tener el derecho de sentir el alma caliente
aún así,
me gusta lo gris del invierno en la ciudad
y lo caliente que resulta mi cama
será que el te me mantiene conectada...
(buen febrero a todos.
manténganse calientes -por fuera/por dentro-)
.
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